Debes de saber que el “estrés” en principio no es malo, es lo que nos da un pequeño empujón. Por eso hay gente que dice que, en momentos de estrés, es la mejor manera de superarse; el problema es cuando este se excede y comienza a darnos problemas. Este está bien si sabes canalizarlo, si sabes a donde dirigirlo y seleccionar lo que mejor vaya contigo.
Hay muchas variantes, empezando es muy importante el ambiente a la hora que realizamos las tareas para que ese estrés del momento pueda canalizarse de buena manera. Por ello nos enfocaremos en el ámbito académico dirigido a los jóvenes universitarios.

No es lo mismo el estrés que se tiene al inicio de curso que cuando se está a fin de curso, ya que es la etapa de cierre y comienzan a presentarse trabajos finales, tareas, exámenes y no de uno sino de varias materias. El problema con esto es que cuando tienes altos niveles de estrés la memoria no funciona correctamente y se pone en blanco por lo que durante exámenes y/o trabajos parece que se te borro lo que estudiaste y no significa que sea culpa tuya por tu memoria.

Tomar acción con anticipación te ayudará, ya que dejar las cosas hasta lo último es uno de los detonantes del estrés, por eso es importante que, aunque tengas actividades grandes, tomes acción todos los días para adelantar tus deberes y tener que entregar varias cosas de distintas materias te va a consumir. Cuando tengas muchas cosas que hacer, debes saber que actividades son esenciales, cuáles son urgentes y cuáles son opcionales y no te corresponden por ello debes saber qué es lo que puede derramar el vaso y a negar toda aquella actividad que perjudican tu tiempo. Cada que tengas un examen o trabajo por entregar es bueno tener un “plan b” y anticipar lo peor, creando un plan secundario donde sabrás lo que harás si la cosa va mal y si esto sucede pues ya te anticipaste y sabrás que acciones tomar. Por eso es importante conocer cómo tratarlo para evitar problemas después.
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