Un estudio realizado por la Encuesta Nacional de Empleos y Ocupaciones (ENOE)
en 2020, descubrió que en México, tan solo el 20% (aproximadamente) de mujeres, estudian alguna ingeniería, y un porcentaje aún menor son las que ejercen.
Sin embargo, esto no significa que las mujeres seamos menos habilidosas que él
sexo masculino. Me refiero a que hay ciertas desigualdades y estereotipos, que
terminan causando una carencia de oportunidades.
Con estereotipos, me refiero a los clásicos en nuestra sociedad. Por ejemplo,
aquellos que mencionan que... “Las mujeres son menos inteligentes que los
hombres.” “Son muy sensibles y sentimentales para ser líderes.”, entre otros. Los
cuáles son totalmente falsos.
Existe un fenómeno llamado el -Efecto Matilda- el cual, básicamente es cuando se le quita el mérito a los descubrimientos y logros de mujeres (específicamente en el ámbito científico). Este fenómeno ocurre más de lo que nos imaginamos. Por ejemplo, muy pocas personas saben que la tecnología de transmisión inalámbrica, es decir, el Wifi fue creado por una mujer llamada Hedy Lamarr. Por otra parte, también está Patricia Bath, quien inventó el Laserphaco Probe, para remover las cataratas en los ojos sin necesidad de utilizar bisturí.
Considero que es necesario incentivar, de alguna forma, tanto a las niñas y jóvenes a estudiar una carrera enfocada a las ciencias exactas. Que no se intimiden por el hecho de que son “carreras de hombres”. Hay que hacer frente a dicho estereotipo. Y una vez que egresen y ejerzan, darle visibilidad a sus trabajos y proyectos, así como se le daría a cualquier otro hombre.
En mi caso, soy una mujer que se encuentra estudiando la licenciatura en Ingeniería Biomédica, aunque apenas en primer semestre. Mi objetivo es demostrar que todas las mujeres somos capaces de estudiar cualquier carrera en ciencias y tecnologías para poder egresar, ejercer y apoyar a la comunidad que demande nuestros servicios.
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